sábado, 20 de diciembre de 2008

EL CUENTO DE LA PRINCESA Y EL CAMPESINO. Primera parte (Cuento de Navidad)

Yo sé que las princesas sólo existen en los cuentos
pero la protagonista de este relato existió en la realidad
y supe que fue una princesa.

Yo tuve el privilegio de disfrutar de su amistad;
por eso le dediqué este cuento
y retraté en él a dos personajes
que construyeron una historia muy parecida
a la situación que ellos mismos tuvieron ocasión de vivir.

La Princesa y el Campesino...
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... es el relato de una noble y leal amistad y -tal vez, puede que- de un amor honesto, pero imposible, entre dos jóvenes que se conocen en un escenario en un ambiente medieval, con algunas reminiscencias bucólicas y en clave de cuento, repleto de simbologías que sólo el cronista conoce y quien, como un personaje más, dentro del relato, evoca y describe la sucesión de acontecimientos en que se ven envueltos los dos protagonistas del que, finalmente y ya en una segunda parte, resulta ser el verdadero cuento, a través de un guiño de fantasía, en un intento de describir el sentir de otras vivencias.

Aunque esta historia termina siendo un Cuento dentro de otro Cuento, en el que un amigo cuenta a su amiga el transcurrir de su propia amistad de forma simbólica, y en la que esa segunda parte del relato, que describe todo el acontecer de ambos, se rebela a veces a quedar acabada, es evidente y se percibe en ella la forma en que el destino, protagonista también de la historia, pretende encapricharse con no conceder mejor suerte a estos buenos amigos; quedando representado el personaje de la Princesa como una heroína, empeñada en resistirse a una conclusión con final triste.


Y esta es la historia... En un país muy lejano, o quizá muy cercano, vivía una linda 
princesa que todos querían por su buen corazón y su generosidad para con sus súbditos, y también por su gracia y dulzura.


Dedicaba mucho tiempo a frecuentar los lugares en donde concurrían sus habitantes y no tenía reparos para compartir y conversar con los que, incluso, pertenecían a otras clases más bajas; por lo que todos la querían por la sencillez de su trato, por su buen carácter y, sobre todo, por la fascinación de su sonrisa, con la que cautivaba a todo aquel que se acercaba o trataba. Además, gustaba de pasear con su blanco y hermoso caballo por los lugares más diversos, cercanos a su castillo, sin que tratara de evitar el encuentro con los aldeanos y labriegos. Por todo ello, era merecedora de todo el cariño de los suyos y nadie había que no estuviera orgullosa de su Princesa.

Solía frecuentar un paraje, en el que abundaba la alegría de los cantos de toda una multitud de pájaros y de una campiña repleta de atrayentes flores y frondosos árboles. A veces solía acercarse a un arroyo de transparentes aguas, que solía contemplar sin darse cuenta del tiempo que transcurría mientras disfrutaba junto a su orilla y sin advertir que, en ocasiones, atardecía tan pronto que debía regresar precipitadamente para evitar la noche a su vuelta al castillo.

En uno de esos regresos, la princesa tuvo un desafortunado tropiezo con su fiel corcel, a causa del tronco de un árbol que se hallaba en medio del camino, cayendo los dos al suelo con tal suerte que apenas sufrieron heridas de consideración. Sin embargo, unos arañazos en el brazo de la princesa, producidos por las ramas, la obligaron a detenerse antes de su vuelta, para tratar de limpiarse la herida. Y ocurrió que viendo cerca del camino una casa, rodeada de árboles y de una pequeña huerta, pensó que era mejor acercarse hasta ella para poder recibir ayuda, al menos para tratar de curar sus rasguños.

En la casa encontró un joven campesino, atento, jovial y entrañable, que sin conocer la identidad de la princesa, la atendió curando y limpiando los arañazos de su brazo. El joven le dio de beber y le agasajó con las mejores viandas y frutos que tenía en su casa. Más tarde, después de recuperarse, la gentil princesa, despidiéndose, le dio las gracias y le prometió volver a visitarle, aprovechando su acostumbrado paseo por aquellos lugares.

Y así lo hizo, ya que en numerosas ocasiones y siempre que su tiempo se lo permitía, trataba de compartir -mediante aquellos encuentros- instantes agradables, en los que mutuamente se transmitían la magia de un tímido y emocionado sentimiento, unas veces a través de la elocuencia del silencio, y otras mediante la complicidad del lenguaje de la sonrisa, sin que, por su parte, él descubriera el origen del linaje de su amiga.

De esta forma, fue surgiendo entre ambos una comunicación tan fascinantemente emotiva que la certeza de su hermosa amistad estaba ya en la pertenencia mutua de sus sensibles corazones.

A veces, en el transcurso de aquel mudo pero encantador lenguaje, surgía la fluidez de una conversación agradable y siempre con la satisfacción de una mutua comprensión. En todo momento había un deseo y una noble intención de poder ayudarse y entregarse a un afecto recíproco, si aparecía la más mínima inquietud o preocupación. Sin embargo, la princesa no se atrevía a confesarle el secreto de su linaje por temor a decepcionar a su amigo, al no haberle dado a conocer su verdad y ante la posibilidad de perder su amistad con él.

Y ocurrió que un pariente ascendiente de la princesa, que vivía en un país lejano enfermó tan gravemente que sólo su rápida decisión de marchar urgentemente podía dar lugar a verlo aún en vida. La princesa, sin explicarle la condición de la estirpe de su pariente, pidió consejo a su amigo campesino, pero alentándole a que no le guiara a decidir hacer el viaje, porque prefería evitar aquella marcha que suponía dejar de ver a su amigo durante mucho tiempo. Pero el buen sentir del campesino quiso sacrificar su propio interés por retener a la princesa y terminó aconsejándola para que no pudiera tomar otra alternativa que la de viajar para ver a su pariente en sus últimas horas; y tal fue la forma en que éste animó a su amiga que ella no pudo ya evitar emprender su marcha.


La ausencia de la princesa apenó mucho al campesino que se entregó días y noches al recuerdo de los momentos en que juntos solían compartir y disfrutar de la compañía y cercanía de sus corazones, y, en un momento de su debilidad, hizo que se lamentara de haberse decidido aconsejar lo que causó aquella separación.

Finalmente, la princesa regresó, no sin agradecer a su campesino la oportunidad que le dio su consejo para ver aún en vida a su pariente. Fueron pocos encuentros de felicidad los que les quedaron, porque ella conoció al poco tiempo que estaba a punto de asumir obligaciones de su rango que no le iban a permitir seguir con la suerte de mantener sus acostumbradas visitas. Sin embargo, en una última tentativa de salvar lo que más deseaba su corazón, la princesa contó a su amigo que a pesar de las necesidades familiares que tenía, que podían impedir poder seguir viéndose, ella estaba dispuesta a renunciar a todas si él se lo pedía. Pero el noble corazón del campesino adivinó que la necesidad estaba más allá del propio interés personal de ella misma; y, aunque no estaba seguro que tras aquella excusa se escondiera el secreto de las obligaciones de una princesa o de otras que entonces no podía adivinar, sabía que había algo más, por lo que no pudo evitar ofrecer un nuevo sacrificio renunciando nuevamente a ella. Estaba seguro que si no la retenía la perdería, y tal vez para siempre; pero no podía hacer otra cosa, porque se trataba de defender, tal vez, lo mejor para ella, aunque tuviera que renunciar a la cercanía de aquella hermosa amistad, inmolando su felicidad y la de su amiga.

Entonces, llegó el momento en que se despidieron sin saber cuando volverían a encontrarse e ignorando en qué circunstancias se produciría ese encuentro. Pero prometieron tener sus corazones unidos en la distancia y en el silencio; y prometieron también que su recuerdo mutuo estaría siempre tan presente que no habría motivo para que jamás se apagase la amistad que se habían prometido ambos amigos.

Pasaron los días y transcurrieron los meses sin noticias el uno del otro; hasta que, cierto día, a la princesa le llegó la triste noticia de que su joven amigo había sufrido un desafortunado incendio que le hizo perder su casa, su hacienda y sus animales.


La princesa, en un gesto desesperado de preocupación por conocer el estado de su amigo, se dispuso a visitarle, pero la difícil situación que la mantenía comprometida desde que, muy a pesar suyo, tuvo que encerrarse en su palacio y dejar de visitar al campesino, la obligó a desistir de su decisión. Sólo pudo apresurarse, en la forma que le fue posible, a dar la orden a su administrador para que reconstruyera su casa y su finca, lo más rápidamente posible, y se ocuparan de la pérdida del resto de su hacienda y de los animales que también había sufrido.

Cuando el campesino ya se había repuesto de su desventurado accidente, recibió una tarde la visita de un enviado de la princesa para comprobar si se habían cumplido sus órdenes y para asegurarse de que no le faltaba cualquier otra necesidad tras su desgracia. El campesino sufrió la decepción de que esta visita no la hiciera su propia amiga; y fue entonces cuando el enviado de palacio le confesó la identidad de su princesa. Sorprendido y algo confundido, le expresó su agradecimiento, para que así fuera trasladado a ella, por la generosidad que había tenido con él, no sólo por haberle hecho recuperar toda su propiedad sino por haberse interesado por las circunstancias de su estado, solicitando, además, la posibilidad de enviarle un correo, mediante su mensajero, en que le hacía partícipe de ese agradecimiento en forma más personal e íntima.
La princesa le contestó con la promesa de volverlo a ver, tan pronto le fuera posible liberarse de los compromisos de protocolo y de sus obligaciones de palacio, y como muestra anticipada de su confianza le hizo entrega de una preciosa yegua, pidiéndole, a condición, que si un día tenía un potrito fuera a regalárselo a su palacio.


Pasó el tiempo y el campesino no volvió a tener noticias de su princesa, aunque pensó que las obligaciones propias de su rango en ese momento podían dificultar el envío de un correo o de hacerle una visita, por lo que decidió aguardar que pasara más tiempo, sin perder nunca la esperanza de que todo quedaría resuelto, hasta llegar el momento de reunirse con su amiga.


Pero ese momento no llegaba y, triste y bajo la influencia de la nostalgia del recuerdo de aquella amistad que le había unido a su querida princesa y del afecto que le profesaba, el campesino pensó en visitarla, no sólo para consolar su apenado corazón sino en su afán de saber si se encontraba bien y agradecerle la generosidad que un día tuvo para con él. Por lo que se presentó a las puertas del castillo, pidiendo le concedieran aquella ansiada audiencia; pero no le fue posible porque no tenía ninguna carta de presentación ni nadie que le conociera, ya que, incluso, desconocía el nombre de la única persona a la que podía pedir mediación, que fue el enviado que su amiga le hizo llegar para reponer su hacienda destruida. Así, sólo disponía del ofrecimiento de un presente en el que reunió los más escogidos frutos de su huerta que, a través de los sirvientes de la princesa que le atendieron, pidió que le hiciera llegar de su parte; y aunque se le aseguró que así se haría, se le comunicó que volviera otro día por si había mejor suerte para ver a su amiga.

El joven siguió acudiendo todos los días al castillo y llamando a sus puertas, por si podía ver a su princesa; pero sólo obtenía una respuesta: que ella se encontraba muy ocupada en sus obligaciones y que algún día le recibiría. De esta forma, sólo pudo quedar la cesta diaria de frutas y otros manjares de su huerto, para ofrecerle su testimonio de agradecimiento y de su recuerdo, aunque sin saber si el contenido y la procedencia de la cesta le era entregada a su amiga, la princesa.

Hay quien dice que la princesa no acudía a ver a su amigo, el campesino, ni le recibía cuando éste llamaba a las puertas de su palacio, no por las dificultades de su protocolo o por las obligaciones de su condición de princesa, sino porque se hallaba cautiva y en poder de alguien con quien compartía el principado, que, sabiendo la amistad con el campesino, quería evitar por todos los medios que volviera a verlo. Y eran tal las circunstancias de su cautividad que ni siquiera le era permitida la posibilidad de comunicarle este desgraciado hecho.

Y así continuó el campesino visitando durante mucho tiempo las cercanías de las puertas del palacio, sin perder nunca la esperanza de encontrar a aquella princesita que durante un tiempo fue no sólo su huésped y amiga sino la persona con la que compartió la magia de unos hermosos sentimientos. Hasta que un día los sirvientes que siempre le abrían las puertas dejaron de aparecer y fueron otros, mucho menos agradables y hospitalarios, los que le atendieron, ordenándoles que no volviera a preguntar por la princesa y rechazándole el contenido de su cesta.


Y dicen que fueron sus guardianes, de quien era prisionera la princesa, los que al descubrir la acostumbrada cesta del campesino, le prohibieron aceptar ningún presente más de aquél, restringiendo más severamente su libertad para salir de palacio.
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Y el campesino volvió una y otra vez, pero la puerta ya no se abría para él, y muy apenado por su suerte hubo de desistir. Hasta que un día, le llegó un feliz acontecimiento, porque la yegua que su amiga le entregó, dio a luz un potrito. Entonces, recordó que debía regalárselo, como le había prometido.

Aquel día, víspera de Navidad, se puso en camino con su potrito y con su corazón lleno de ilusión y de esperanza, porque estaba seguro que había llegado el deseado recibimiento. Era un día muy frío y comenzaba a nevar, y se presentó a las puertas del castillo pidiendo poderle entregar personalmente el animalito a la princesa y justificando que era un presente que ella le había encargado. Pero sólo obtuvo una simple respuesta; que esperara, porque la princesa estaba muy ocupada y no podía atenderle en ese momento. El esperó y esperó, y atardeció y se hizo de noche.

Aquella noche hizo tanto frío que los campos se helaron tras la copiosa nieve que cayó; pero él, abrazado a su potrillo, siguió esperando, porque siempre le iluminaba la esperanza de que al final las puertas del palacio se abrirían para él, y aparecería su radiante amiga, porque sabía que ella esperaba su potrito que él le había prometido cuando naciera; y quería entregárselo con su agradecimiento y con todo su afecto, y con el deseo de felicitarle la Navidad.


Pero la princesa no salió; y a la mañana siguiente otros campesinos que pasaron por allí al amanecer encontraron a nuestro amigo y a su potrito congelados por la nieve y sin señales de vida.

Cuentan que aquellos campesinos, que se llevaron el desafortunado cuerpo del joven anónimo, amigo de la princesa, descubrieron como su rostro había quedado transformado en un semblante de gozo y felicidad; parecía que les sonreía. Y también se dice que la princesa, entonces, no supo que su joven labriego le estuvo esperando a sus puertas para entregarle el mejor tesoro que tenía. Pues, en realidad lo que el campesino fue a entregarle, por medio de su potrillo, fue su corazón y, además, su vida, con una sonrisa en sus labios, en su rostro y en su alma.

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Angel González "Rusty Andecor"
Esta primera parte del cuento completa el Cuento que fue

Mención de Honor en el "Certamen de Relato Corto de la UNED. 2007", en Plasencia

sábado, 6 de diciembre de 2008

Mensaje para esta Navidad: ¡Qué mundo tan maravilloso!

Mis queridos "amigos con alma sensible" y estimados “visitantes del blog”. Quizá no sea el momento de llevaros un mensaje cuya intencionalidad podáis entender, viniendo de un amigo... tan extravagante como yo; quizá éste sería el momento para enviar otro tipo de mensaje, no sé si navideño o más intrascendente. Pero yo no quiero caer en tópicos, y tampoco deseo ser más excéntrico aún, dejando aquí una carta con un mensaje filosófico, que -tal vez- no os interese en absoluto, precisamente en estos días. De lo primero reconozco que, aunque me rebelo contra esa tradición impuesta por la rutina festiva de cada año, no dejo de sentir esa nostalgia que nos atenaza desde los recuerdos y desde el sentimiento familiar; de lo segundo, he decidido mejor dejar el tema que tenía para esta ocasión, para tratarlo en otro momento, y haceros llegar, en cambio, algo más entrañable y agradecido.

Quizá éste podría ser un buen momento para hacer un brindis por lo maravilloso que puede ser el calor humano, en la amistad, en la familia y en el compañerismo, a través de una copa llena de sonrisas; y quizás, ese mágico saludo, con ese “guiño” recíproco y complaciente, con esa impresión sugerente que nos produce la fascinación de sentirnos abrazados cuando recibimos la sonrisa de aquél a quien sonreímos, es lo que nos hace tener la seguridad de que el mundo es maravilloso. Porque, quizá es… precisamente la sonrisa la que, en este momento, forma parte importante de la clave de que el mundo sea maravilloso; quizá es la cotidianidad de las cosas, las que vemos con frecuencia, y las personas normales, y no las extraordinarias ni las que no cometen errores; todas ellas, quizá sean, las que nos mueven a pensar que el mundo es maravilloso; porque, como decía Rusty Andecor, "Existen maravillas en todo, aún en la oscuridad y el silencio, y la felicidad está -a veces- en cualquier estado en que uno se encuentre", que "el mundo es maravilloso", aunque en muchos momentos no lo parezca y aunque algunos -o muchos- de nosotros no podamos disfrutarlo cuando ¡tanto lo deseamos!
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Nadie puede entender que el mundo sea maravilloso si no hay una sonrisa, incluso para la persona que no se la merezca o, simplemente, que no sea de su agrado. Y nadie podría entender que si la sonrisa reluce en nuestro semblante y resplandece en nuestro corazón, cuando empezamos a descubrir que ella nos guía en la penumbra de esos momentos de la vida, ensombrecidos por la soledad y por el desencanto, el mundo deje de ser maravilloso

Yo he escuchado muchas veces una canción que lleva esa consigna, precisamente en su título, y del contenido de su letra he sacado una descripción que, en el lenguaje más cercano al sentir de mi corazón, define algunos de los aspectos de "lo maravilloso que es el mundo".
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El mundo es maravilloso porque el cielo azul engrandece nuestra esperanza, en ese destino feliz que todos anhelamos.
El mundo es maravilloso porque las rosas rojas que florecen en el jardín de nuestra ilusión “empapan” de fragancia y de ternura la bondad de nuestros corazones.
El mundo es maravilloso porque hace que los colores del arco iris que aparecen entre los tropiezos y dificultades, en los caminos de nuestra vida, nos animan y nos regocijan.
Y el mundo es maravilloso porque hace que las lágrimas que derramamos, por el dolor que a veces sufrimos o por la tristeza que nos envuelve, se convierta en felicidad cuando encontramos a quien nos consuela con su sonrisa o nos perdona por una equivocación que cometimos o por el daño que una vez le ocasionamos.

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Porque... no olvidéis que el mundo no sería maravilloso si viéramos su horizonte siempre oscuro y cargado de desesperanza.
Ni olvidéis que el mundo no sería maravilloso si no dejáramos que floreciera la ilusión en nuestro corazones.
Ni tampoco el mundo sería maravilloso si no hubiera color ni brillo en esa fuerza, valor y constancia con la que debiéramos atravesar las dificultades de nuestra vida.
Y el mundo dejaría de ser maravilloso si no consoláramos el llanto de nuestros amigos con una sonrisa, ni le perdonáramos por el daño que, quizá y sin quererlo, alguna vez nos ocasionó, y por el que reconoció entonces o después su culpa.
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-- Una vez, esa parte de mi persona, bohemia y romántica, a la que yo mismo llamé Rusty Andecor, para escribir mis sencillos y humildes poemas, compuso estos anárquicos, imprecisos, pero sinceros versos, que dirigió a uno de los “personajes” de su “universo de los sueños”, del que solía decir "... al que creo que yo mismo pertenecí alguna vez como uno de sus personajes, tal vez, en esa hermosa dimensión".
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"Prívame de la ilusión de una palabra en un mensaje, del rubor de una mirada,
de la elocuencia de un silencio, de la promesa de un consuelo,
de la gracia de una risa, de la esperanza de un encuentro,
o de la caricia de un beso;
pero no me prives de ver la pintura de tu magia
ni de ver tu sonrisa en ese instante que yo quiero
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Que la Navidad venidera no sea un pretexto para expresar nuestra latente hipocresía, ni ocasión exclusiva para ponerle "adornos" a nuestra frívola vanidad, ni sea una excusa para caer solo en el frío y desolador consumismo. Pero sobre todo... ¡que la alegría, la paz y la bondad de la Navidad nos dure, no solo esos días festivos, sino todo el año! ¡mejor... siempre!

Angel González "Rusty Andecor"

LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO. LA CONCLUSIÓN

"La música es el corazón de la vida; por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso" (Franz Liszt), además de que "La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido" (Leonard Berstein); para añadir Rusty Andecor; por su parte; “No escuchéis sólo la música, soñad con ella, con la intención de sus notas y cadencias, y con la recreación de la fantasía que dibujó "aquella vez" el universo de vuestras ilusiones”, ilustrando así ese mensaje de Navidad, una vez más, con "la música más hermosa del mundo", y que este año llega ahora con su "Conclusión", recreando en él todo un "mundo maravilloso", pletórico de sensibilidad y de ilusión.

“La música más hermosa del mundo”, para mis “amigos con alma sensible”, que ya la conocéis, y -tal vez- para algunos más de mis visitantes, no solo es un álbum recopilatorio de emotivas bandas sonoras en cuatro volúmenes, que dediqué –muy especialmente- a los personaje de mi cuento, y que -como tales- fueron la heroína de mis sueños y el paladín salvador de sus desdichas; sino que es, además, un relato musical descrito con pasión y con amor; pero unas veces y en los dos primeros volúmenes, dibujado con la elocuencia del silencio, y otras, en el tercero y cuarto, con la descripción de vivencias, de ilusiones y de sueños, aunque en clave de cuento que ese amigo recrea en la imaginación de su mensaje.

Pero “La música más hermosa del mundo” es también una “Conclusión”, llena de lo más intenso y dramático de la angustia y sufrir de un corazón… muy lejano, pero amigo, aunque también de instantes felices de esa vida que yo relato con los colores de mi fantasía. Y es también una “Conclusión”, pletórica de ilusiones, de sonrisas y lágrimas, de desilusiones y de sueños rotos; y una “Conclusión” en la que lo más grande y hermoso que sugiere su contenido es la bondad de la amistad, la amistad noble, honesta y fiel y, sobre todo, el amor generoso, entregado, sacrificado y lleno de respeto y de renuncias.

Mi “Conclusión de la Música más hermosa del mundo” es un homenaje, especialmente dedicado… a ese corazón, quizá el más hermoso del fascinante mundo de los sueños, e inspirado en la bondad de mi afecto por él y por esa mágica amistad que he profesado siempre a quien, de alguna forma, quizá en el marco de la ilusión, la representó. Esta vez, no he pretendido deslumbrar ni embelesar en la realidad de esos sueños, con el color encandilado de mis palabras o el “galanteo empalagoso” de “la pintura de mis ilusiones”, aunque algun retazo de ambos quede y "perfume" mi mensaje. Esta vez es la pluma real del corazón que escribe desde lo más sincero y auténtico de su alma, que lo hace con toda la devoción que hay en ella, y con todo el respeto que le merece y que se merece también... el sentimiento hacia ese personaje, al que solo pude reconocer en ese mágico cuento, pues no había ninguna alternativa de encontrarlo en la vida real.

Y es que decía Robert Schumann "La música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá"; quizá, a mí y a muchos de vosotros, nos permita comunicarnos con esa mágica dimensión de nuestros sueños. Y fue Oscar Wilde, quien añadió "La música es el arte que más se acerca a las lágrimas y a los recuerdos"; quizá esas lágrimas son "el bálsamo" que nos alivia del "sinvivir" de nuestros malos momentos; quizá esas lágrimas embellecen nuestro corazón, pues ellas lo lavan de la inmundicia con la que lo amenaza, y lo adornan, después, con los recuerdos más intensos. Tal vez, la música, esa "música más hermosa del mundo" que ya conocéis, y la explosión de sonidos, seguida del alborozo y del aplauso de... quizá todos "mis amigos con alma sensible", que podéis escuchar en el último tema de este álbum, si tenéis ocasión de recibirlo, es la que mejor describe: "¡Qué mundo tan maravilloso!".

Para quien tenga esa oportunidad de escuchar este último volumen de la colección, que sepa que hay una dedicatoria contenida en cada tema musical de la Conclusión de mi álbum. Si la leéis atentamente descubriréis el alma de cada poema que hay detrás de la música que lo envuelve.

“La música más hermosa del mundo” está dedicada a todos mis amigos con alma sensible, especialmente a aquellos que son capaces de compartir la ilusión de este hermoso sueño; sin que, por ello, no deje de hacer extensiva mi dedicatoria a quienes… hayan dejado de ser sensibles… o no lo hubieran sido nunca; pues quizá, éstos también sepan entenderla

Dejadme, amigos, que os deje para el final algo hermoso; la letra de una canción con la pensaba cerrar inicialmente el álbum, pero que en el último momento no incluí porque su sugerencia aludía significativamente a ese personaje de la ilusión, cuando comprendí que intentaba cobrar vida para encarnarse en otro de los del mundo real. No me resisto, pues, a quedaros aquí el regalo del mensaje que hay en esos versos y que se resumen en esta frase: “Mira siempre el lado bueno y brillante de la vida”:
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Algunas cosas en la vida son malas y pueden haberte hecho sufrir mucho;
otras te harán enfadar y algunas llorar.
Pero cuando estés en el peor de los momentos no te quejes y… sílbale a la vida;
porque así todo te ayudará a pasarlo mucho mejor.
Y.... mira siempre el lado bueno y brillante de la vida
Si la vida crees que te falla y te engaña, sonríela;
porque hay algo que quizá has olvidado, y es que debes reír, sonreír, bailar y cantar.
Y... si ves que la vida es injusta, ingrata y vacía, y alguna vez, sin querer, ves la desolación,
debes hacer frente a tu desánimo y ser valiente y mira siempre el lado brillante de la vida,
y mira siempre la mejor parte de tu suerte.




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Angel González "Rusty Andecor"

miércoles, 29 de octubre de 2008

DOS POEMAS... A UNAS ROSAS DE OTOÑO

A unas rosas de otoño, que yo busqué en mis recuerdos,
entre el silencio y la distancia
y la gratitud de una sonrisa
y me llegó, como en un sueño,

una luz de confianza
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Rosas de un otoño que renuevan un recuerdo,
promesas de un encuentro que se tornan en sonrisas,
brumas de un olvido que atenazan ilusiones,
risa enmudecida que se oye en mi silencio.

Besos perfumados que se pierdes en mis sueños,
sabor de un roce suave que no pude acariciar,
suspiros que han latido en un dulce corazón
y en mi mente aquella imagen de un abrazo que no fue.

Es la dicha que me queda de una fe que no se pierde,
de una firme confianza en el alma que yo añoro,
que está lejos de un cariño que no pude retener
porque fueron otras rosas... que te hicieron disfrutar.

Son las rosas de mi otoño, las que busco en mi recuerdo
y el aroma de mi cuento que perece en el olvido,
y el color de aquella imagen que acabó tan desteñida
son las rosas de mi sueño y el adiós que se ha perdido.
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-
A unas rosas de otoño,
marchitas y ajadas,
que se quedaron muy tristes,

en un rincón olvidadas

Se fueron mis rosas de otoño
las que busqué en aquel sueño;
me las robó un mal olvido
de aquel querido recuerdo.

Quizá ya estaban marchitas,
sin fragancia y sin perfume;
sin la humedad de mi llanto
por una paz que no tuve.

Se fueron tras el silencio,
sin un adiós de despedida,
sin un abrazo de gratitud
hacia la mar más perdida
.

Rusty Andecor "aprendiz de poeta"

viernes, 24 de octubre de 2008

Versos en la víspera de un extraño viaje

A una PRINCESA lejana y silenciosa,
que miraba absorta entre su sueño
el reflejo engañoso de su espejo,
suspirando emocionada por su dueño.
- EL SUSPIRO SE LO LLEVA EL VIENTO
No se puede robar la sonrisa de un amigo
ni la música adorada de su voz,
ni se puede clamar por aquel beso perdido
ni el abrazo fiel que se ocultó.

No se puede ir contra el destino
ni se puede ir contra el amor,
ni exigir la ternura de un suspiro
aunque te ahogue y turbe la razón.

Que el suspiro se lo lleva siempre el viento
hacia aquel que es el ganador,
que en el alma te queda un frío silencio,
una llaga permanente y un temblor.

-

LÁGRIMAS AMARGAS

Lágrimas amargas,
las que se vierten muy dentro,
las que te ahogan el alma
que se murió en un encuentro

Que una promesa llevaba
con tu sonrisa y mi aliento,
para soñar un instante
sin más sabor que un lamento

Lágrimas amargas,
las de esa pena que siento,
las de mi llanto callado,
las que pintaron... un cuento.

Angel González "Rusty Andecor"

sábado, 18 de octubre de 2008

¿Qué ocurre cuando alguien te agobia, en una amistad o relación?

(Buscad lo suficiente, buscad lo que basta.
Y no queráis más.
Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio;
apesadumbra en vez de levantar"
(San Agustín)
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"Mientras la amistad es el equilibrio entre el afecto hacia el amigo y la complacencia en el agrado de recibir este mismo sentimiento, aunque sin esperar nada a cambio, el amor es el desequilibro, a veces incontrolable, de querer apasionadamente a otra persona, deseando y suspirando por recibir idéntico sentimiento, sin más aspiraciones que el disfrute de esa satisfacción o placer", decía Rusty Andecor en sus "Reflexiones sobre la amistad".

Es posible, a veces que ese equilibrio en la relación amistosa se rompa y las fuerzas de afecto o de apoyo entre las partes de una relación se distancien en cantidad y en calidad afectiva, y -aún así- se mantenga la bondad de un lazo amistoso, porque como alguien dijo "Dos amigos jamás se quieren igualmente, porque mientras el uno besa el otro presenta la mejilla; puede que ese sea el secreto de la gran amistad, aunque los papeles cambiaran de ven en cuando", añadiendo Rusty que "es la dinámica de la recepción de esa muestra afectiva en el amigo la que hace que luego, quizá mucho más tarde, haga que éste corresponda al amigo que se manifestó con su aprecio con la misma bondad expresiva que empleó aquél".
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Ciertamente, es la complejidad del comportamiento humano en una relación que debería ser siempre desinteresada, cuando no es menos la de ese condicionamiento sentimental, con su ingrediente de pasión, y en el caso del amor, lo que puede dar lugar a altibajos, fases evolutivas que descompensan el nivel emotivo de las partes, o deterioros que pueden romper la relación.


Y es que, muchas veces, el regalo de la amistad se vuelve contra nosotros, en ocasiones por esa falta de control entre lo que se da y se espera recibir o, incuso, por cuanto se exige de ella, y otras por la frialdad o la aparente ingratitud o crueldad del que recibe la bondad de ese sentimiento al no saber, no poder o no querer corresper a ese afecto en ninguna medida, para compensar el desequilibrio emocional que puede originarse del que solo ofrece y no recibe nada a cambio. Y sería preciso reflexionar también sobre el origen de ese descontrol en la reciprocidad de las manifestaciones de la amistad y, en concreto, sobre la apatía, desgana o pasividad de una de las partes para contribuir en la dinámica de ese tándem afectivo.


El problema, desde otra perspectiva, es que la amistad, por poner ese modelo más común de relación humana, puede sufrir una alteración, deterioro o fracaso, en algunos casos, cuando intervienen factores con una carga emocional tan intensa y asfixiante que, al hacerse insoportable, puede determinar ese cambio o incluso el final de la relación.

No cabe duda que la presión en la reclamación de la atención de una de las partes hacia la otra puede hacer difícil una relación cuando la evidencia del desencadenamiento de una mayor intensidad de emociones o de una tumultuosa demostración de la pasión puede agobiar la capacidad de tolerancia afectiva del receptor. Es ésta una situación más insostenible y traumática, cuando esa demostración lleva tintes amorosos, en los que queda patente que es uno, y solo uno, el que se siente atraído por la pasión que le desencadena la otra parte, no pudiendo evitar sacrificar su visible e incontenible impulso sensorial o afectivo, ni renunciar a las pretensiones de ser correspondido.


Sin entrar en la posibilidad de que ese asedio afectivo o de atención permita o incite a una reciprocidad por parte del receptor más pasivo en sus manifestaciones, que -inluso sin quererlo- se vea arrastrado por esa dinámica afectiva a la que pueda haber contribuído una sucesión de muestras gratas y bien recibidas, que le hayan cautivado y rendido, no obstante ajeno a la atracción y gusto por quien trataba de agradarle, o insensible a su fascinación emotiva, las consecuencias en la respuesta de conducta del receptor de ese exceso y desmesura de atención y afecto pueden conseguir el deterioro o destrucción de la relación.


¿Qué ocurre cuando alquien, como amigo, compañero o conocido, te agobia con su cordialidad, su respeto, agasajo o cuidado, o cuando se siente hostigado por una continua intoxicación afectiva? Es evidente que puede hacer insoportable su disposición de acoger su manifestación, y que tal intolerancia e incomodidad se puede traducir en una actitud de disgusto que puede hacerle crear, a su vez, una respuesta emotiva en la que se alternaría el cansancio o aburrimiento, la antipatía o aversión, o -simplemente- la indiferencia y distanciamiento hacia el "demostrante" afectivo.
Angel María González (Rusty Andecor)

viernes, 19 de septiembre de 2008

Mi reflexión sobre el "Hablar y no saber escuchar"

"La arena del desierto es para el viajero fatigado
lo mismo que la conversación incesante
para el amante del silencio"
(Massimo Bontempelli)
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"Tal vez, la mejor forma de comunicación y la que más satisfacción produce,
al menos entre dos personas, es la "elocuencia del silencio",
cuando, entre las miradas que se cruzan y las sonrisas que se dedican ,
hay un resplandor mágico, un reflejo interno de vibraciones
y un mundo lleno de insinuaciones y sugerencias"
(Rusty Andecor)

Si consultáis mis anteriores trabajos literarios, esos en los que suelo ensalzar la nobleza y la bondad de esas emociones y sentimientos humanos que todos anhelamos, en contra de las debilidades que tristemente destruyen tal condicionamiento, veréis la imagen que representa mi propia perspectiva sobre tales conceptos, por un lado, y la de esa musa etérea y sutil, envuelta en cabellos rubios y un vestido de color rojo, por otro. En esta ocasión, esas imágenes que se hallaban separadas en ambos espacios, aparecen ahora unidas para transmitir "elocuentemente" la sugerencia de tales sentimientos y emociones. Tal vez, es la imagen del piano la que representa la forma, no solo para comunicar, mediante unas notas musicales o un poema, la belleza de un mensaje, sino para expresar la calidez emotiva y afectiva, desde el mágico equilibrio de esa dinámica de miradas y sonrisas, entre quien declama esa música o sus versos hasta ese sueño dorado y de color rojo, que no solo recibe su mensaje sino que, tímida y sugerentemente, le devuelve el suyo.

El caso es que... no hace mucho tiempo tuve ocasión de coincidir con una de esas personas que apenas conoces, pero que, en el breve instante en el que tuve la oportunidad de hacer referencia a uno de esos controvertidos temas del condicionamiento humano, tuvimos dos puntos de vista, quizá muy distintos, para entender el origen de una emoción o sentimiento, cual es la soledad.



Mi amiga se lamentaba de "la falta de empatía entre las personas que nos rodean, de su incomprensión", y me hacía la referencia más común que se produce en un entorno social, concretamente, en una reunión de amigos, cuando "te encuentras acompañada de esa soledad al comprobar como la gente solo se escucha a sí mismo y no atiende a los demás", añadiéndome que "solo tu propio esfuerzo, siendo tolerante con la incomprensión de los demás, podia hacerte sentir menos solo"


Visto así, el perfil emotivo de la soledad, habría que profundizar más allá de aquella referencia que hice en "Mi reflexión sobre la soledad", cuya conclusion fue: "la soledad de estar solo" en medio de la gente, esa en que "sufres" en la compañía del "calor humano" de los que están a tu alrededor, porque no te escuchan ni te comprenden, porque ni te dejan hablar, pues solo se ocupan de lucirse con su vanidosa retórica, su presuntuosa ocurrencia y su frívola arrogancia, puede que -esa soledad- sea la que más defrauda. Pero además, nadie está ajeno en algún momento, al desvarío ocasional de su propia incomprensión, a la desconfianza y rechazo de su estima o a la apariencia de su fracaso. Es en estos momentos cuando, ante la evidencia de la muralla que impone la falta del acercamiento humano o la carencia de tu autoestima, cuando te ves empujado a cobijarte en ese universo reservado y gratificante que mejor te entiende, y en el que encuentras el desahogo de tus frustraciones y desencantos; y ese espacio se convierte, quizá, en tu mejor amigo: tu soledad"


Pero tal vez, con esta decisión, al rehuir de la incomprensión y del protagonismo petulante del aspirante a "estrella" en las reuniones y veladas, y también de aquellos que lo secundan, lo que hacemos es rendirnos ante nuestra merecida pretensión para que esas relaciones sociales y amistosas, si no un éxito, sean al menos fructíferas y satisfactorias para el desarrollo del equilibrio en sus comunicaciones con los demás.


Sabemos de la "sordera" de ese amigo que no te escucha cuando le hablas, mientras, en cambio, se escucha a sí mismo con su "bla, bla, bla"; conocemos al que es consciente de su presunta atracción y gracia, cuando habla y trata de persuadirnos con sus poderes, si no retóricos, al menos supuestamente seductores. Pero, además, sufrimos en la compañía de ese "calor humano" a ese tropel de amigos o compañeros que en medio de la concurrencia que nos rodea se afanan por hacerse escuchar, subiendo su tono de voz, a veces en forma ensordecedora, para entorpecer la réplica o la recíproca comunicación del interlocutor, o tal vez para seguirse escuchando "a sí mismo". Y muchas veces, sabemos de lo insoportable que supone compartir esa tertulia o velada, tan frustrante para algunos de nosotros, cuando comprendemos que no se puede hacer apenas nada al comprobar que ese "protagonismo" de otros es una odiosa "actuación", a través de sus "dotes interpretativas" que extraen de su "vanidosa retórica", su "presuntuosa ocurrencia" y su "frívola arrogancia".

Parece que solo nos queda una de dos: o entramos en su misma dinámica y hablamos "más fuerte", interrumpiendo su discurso o su chanza, o -como dice mi amiga- sigues escuchando, con tolerancia y paciencia a tu impertinente compañero de tertulia. Aunque también es bien cierto, que no sentirás el mismo respeto ni podrás admitir la misma resignación si quien "habla y no escucha" es, más o menos, objeto de tu aprecio y admiración.

No quiero tratar esta dinámica socio-comunicativa como un compendio o manual de aptitudes y modales para saber comportarse en el ejercicio de "hablar y saber escuchar", pues ni yo mismo sería un buen consejero, ni tampoco un buen ejemplo. Y es que todos tenemos parte de ese vicio en nuestro condicionamiento; tendríamos que ser más receptivos y generosos cuando alguien a quien hablamos tiene derecho, después de escucharnos, a replicar, a dar su opinión o punto de vista y a tener su momento en la conversación. Y pienso, que la mejor forma de entender ese desafortunado alarde no es ponerse en lugar de quienes somos víctima del retórico, arrogante, "gracioso" y, a veces, mal educado contertulio que dirige la reunión, sino de la situación que recordamos o imaginamos, cuando somos nosotros los que entorpecemos esa interacción en la comunicación, de una forma o de otra.

Seguir resignados a escuchar pasiva y distraídamente, distantes y aburridos en la conexión de la conversación, unas veces, o prestando interés e intentos frustrados de intervenir, otras, no arregla el éxito de la participación en la velada. Quizá, solo si transmitimos nuestra aportación, con mesura, sutileza, elegancia y, sobre todo, ingenio, buscando el momento adecuado, podemos no solo conseguir el equilibrio, sino la derrota relativa del protagonista contertuliano que pretende seguir siendo la eterna estrella en esos temidos momentos coloquiales.

Porque, y para concluir esta reflexión, ni la intromisión descortés e inadecuada, poniéndose "a la misma altura" del egoísta y petulante que solo quiere dirigir la reunión, ni el abandono y alejamiento de la intervención, resuelve el justo y merecido equilibrio en el diálogo.
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No quiero resistirme a quedaros aquí una cita de Oscar Wilde, muy "divertida": "No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo"

Finalmente; a veces observo, atento, curioso y asombrado a ese "maestro de la conversación", que ¡no para! que siempre lo sabe todo mientras los demás "no sabemos apenas nada", que tiene ocurrencias para todo, que se vanagloria, que no escucha a los demás o que te interrumpe bruscamente cuando tu has empezado a participar, que no le interesa ni tu vida ni la de nadie ajeno a él mismo. Entonces, cuando percibo esa evidencia y me explico su "actuación", caigo "en la cuenta" y pienso "este tío es tonto" (o esta tía), es un "fantasma", un pedante vanidoso, un graciosillo que busca su autoestima con su "ridícula arenga". Y concluyo "éste está mucho más solo que todos los que, pacientes y resignados, tenemos que oírle, sin que él nos escuche a nosotros".
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¡Felicidades, para quien sabe hablar, pero escuchando a los demás!
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(Por cierto; puedes hacer clic en el título del espacio para conocer otra reflexión del mismo tema, que hace el Blog "Reflexiones en Blanco y Negro")
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Angel María González "Rusty Andecor"
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"La conversación es el arte de nunca aburrirse,
de saber decir todo con interés, de seducir con casi nada"
(Anónimo)
"Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores"
(Winston Churchill)
"Conversar es entrar en el surco que ha trazado el otro
y proseguir en el tramo y perfección de aquel surco"

Ángel González es "Rusty Andecor"

Ángel González es "Rusty Andecor"
Contemplador del mundo, pensador de la vida que ha vivido. Aprendiz de poeta, imaginador de cuentos y pintor de ilusiones y desvaríos.

ÍNDICE GENERAL DE ENTRADAS PUBLICADAS (Clic ene títulos):

Perfil de Rusty Andecor: UN BURÓCRATA CON ALMA DE RAPSODA: Ángel González (por Ángel G. Perianes, de la Universidad de San Pablo CEU)

DICCIONARIOS Y CUENTOS:

* EL DICCIONARIO DE UN CORIANO.De Angel Mª González

* El Diccionario de un coriano. Muestra de algunas voces y expresiones

* EL DICCIONARIO DE UN CORIANO (Su contenido íntegro)

* EL CUENTO DE LA PRINCESA Y EL CAMPESINO.Primera parte

* "Rusty, El coleccionista de citas"(Cuento

* El cuento de la Dama del Sena y el viejo poeta (Cuento de invierno)

* "El viejo mago y la niña del vestido blanco". (Cuento incompleto de Navidad)

ENSAYO LITERARIO: Reflexiones y otros artículos

·MI REFLEXIÓN SOBRE LA AMISTAD

· MI REFLEXIÓN SOBRE LA AMISTAD (2ª parte)

· Mis reflexiones sobre la soledad y sobre el aburrimiento

· MI REFLEXIÓN SOBRE EL DESENCANTO

· Mi reflexión sobre la ingratitud

- MI REFLEXIÓN SOBRE LA FELICIDAD

- Mi reflexión sobre la infelicidad

· Mi reflexión sobre la generosidad

· MI REFLEXIÓN SOBRE LA LEALTAD

- Mi reflexión sobre la lealtad (2ª parte)

- Mi reflexión sobre el cinismo de la cortesía

- El tiempo que pasa... "es lo que hay". El cómo nos queda, es que no hay otra... "es lo que tiene"

- La "etapa dorada y jubilosa" de un iluso de la vida. (Los diez o quince años que me quedan)

- El significado del paso de tiempo para un "aprendiz de poeta" que cumplió su primer año de "júbilo". Homenaje a la jubilación.

- El paso del tiempo, buscando la justa complicidad en los ojos de los demás.

· Mis pensamientos y citas literarias. 2ª parte

· Mis últimas reflexiones: sobre la belleza, la mentira y sobre "una última sonrisa"

· Reflexiones para "mis ajustes del alma". Mis pensamientos y citas literarias (III)

· Mi reflexión sobre el sentido del humor.

· "Un minuto de reconciliación, mejor que toda una vida de amistad" (García Márquez)

· Dos oficios muy comunes: el hablador dominante y compulsivo y el escuchante resignado y sufrido

· Los encantos y temores de la soledad

· Mi reflexión sobre los colores del mundo

· De los colores y de los aromas de la Puerta del Sol y sus aledaños

· De los colores y aromas de este mundo pútrido, pero maravilloso, y del universo que habita en los confines de nuestra imaginación.

* De la calle del Desengaño y de algunas de mis citas y reflexiones sobre el mundo de los desencantos

* Poema al tiempo. Mi reflexión sobre el paso del tiempo

· MI REFLEXIÓN SOBRE LA SONRISA

· Mi reflexión sobre el "SINVIVIR"

· Mi reflexión sobre el "Hablar y no saber escuchar"

* Mi reflexión sobre la indiferencia

- Dos buenos y leales amigos que me entendieron y me encontré en La Rioja

· ¿Qué ocurre cuando alguien te agobia, en una amistad o relación?

· Carta a mis "amigos con alma sensible"
· Nueva carta a mis amigos. Mi semblanza y mis recuerdos

* El Café de París. Homenaje a la ilusión y a “las música más hermosa del mundo”

· EL BOULEVARD DE CITAS

· Guiños y respuestas en mi Boulevard literario

- Mensaje para esta Navidad: ¡Qué mundo tan maravilloso!(Navidad de 2008)

- El mundo es maravilloso, es NAVIDAD y todos queremos ser felices(Navidad de 2009)

- Mensaje de Navidad para aquellos corazones sensibles, sinceros y que sienten verdadero afecto por los demás.(Navidad de 2010)

- Feliz Navidad, especialmente para quienes hacen que el mundo sea maravilloso(Navidad 2011)

- Apuntos reflexión de Rusty Andecor para la Navidad (2014)

- Pensando en la ilusición y en la esperanza de la auténtica Navidad

- El tesoro de un "diamante" para el resplandor de nuestro paso del tiempo

- La poesía de una colección de modelos de autos de época

Homenaje a la belleza de la música, a su poesía y a su ensoñación. (Ensayo literario)

LOS ESPACIOS DEDICADOS A LA MÚSICA:

Las estrellas de "La canción de la semana". Primera parte: La Chanson.

Las estrellas de "La canción de la semana". Segunda parte: El Rock y "la vieja canción".

Las estrellas de "La canción de la semana". Tercera parte: El Pop y "la música Disco".

Las estrellas de la canción de la semana. Cuarta parte. El folk-rock y el country.

Las estrellas de la canción de la semana. Quinta parte. El origen de la Chanson, del Rock y del Jazz vocal: Azanavour, Sylvie Vartan, Moustaki, Elvis, Orbison, Julie London y Natalie Cole.

Las estrellas de la canción de la semana. Quinta parte. El origen de la Chanson, del Rock y del Jazz vocal: Aznavour, Sylvie Vartan, Moustaki, Elvis, Orbison, Julie Londo y Natalie Cole.

Las estrellas de la canción de la semana. Sexta parte. La nostalgia de unas y el olvido de otras. Tributo a las leyendas y las anónimas.

Música en el “Hotel California”, soñando bajo las “Noches de blanco satén” y la luz de una “Luna creciente”.

MIS CONMEMORATIVOS MUSICALES

MIS 3 DAMAS DE LA CHANSON. 2ª parte de "Mis conmemorativos musicales"

Mis 10 mejores canciones de la historia de la música. Primera parte

Mis 10 mejores canciones de la historia de la música. Segunda parte

Mis 20 mejores canciones de la historia de la música. Tercera parte

* LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO

* Las canciones más hermosas del mundo

* LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO (2ª parte)

* LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO (3ª y última parte)

* LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO. LA CONCLUSIÓN

* Desenlace y última entrega literaria y musical del blog "La música más hermosa del mundo"

* Primer Encuentro Internacional de amigos en defensa del vinilo

* El Long Play y el pick-up, protagonistas del guateque

* BRUCE SPRINGSTEEN nos cautivó a los 34.000 entusiastas que asistimos al penúltimo concierto de su gira europea, en el José Zorrilla de Valladolid

* MIS CONMEMORATIVOS MUSICALES

* MIS 3 DAMAS DE LA CHANSON. 2ª parte de "Mis conmemorativos musicales"

* El Jazz de Vitoria cierra su Festival con dos conciertos memorables: Chick Corea y Paco de Lucía

* 2º Encuentro Internacional de amigos en defensa del vinilo, celebrado en Coria

* “La magia del vinilo y la parafernalia del tocadiscos pueden salvar la música”

* El Café de París. Homenaje a la ilusión y a “las música más hermosa del mundo”

- LA MÚSICA MÁS HERMOSA DEL MUNDO. La despedida y el adiós.

* Tercer Encuentro Internacional de amigos en defensa del Vinilo, celebrado en Coria el 3 de septiembre de 2011: “El Vinilo resurge del olvido”

* El Vinilo es la esperanza del futuro de la música y de su cultura. (Ángel González)

* El disco de vinilo vuelve. El vinilo tendrá su nueva etapa dorada.

* El 29 de agosto, "Amigos en defensa del vinilo" celebró su IV Encuentro Internacional.

* El día 29 de agosto, el vinilo hará girar y girar la música en su mágico gramofón.

* "El vinilo y la magia de su música, siempre gira y gira... en nuestra imaginación"

* "Quinto Encuentro de amigos en defensa del Vinilo". Evento cultura y musical celebrado en Coria, el 2 de septiembre de 2017.

* "V Encuentro Internacional de amigos en defensa del Vinilo". Coria 2 septiembre 2017

MIS POEMAS:

- Que nadie robe mis sombríos atardeceres (Poema)

· Versos "A un destino llamado espejo"

· VERSOS PARA EL ATARDECER: Dos poemas

· Más versos para "mis amigos con alma sensible"

· VERSOS A LA SOLEDAD

- Versos en la víspera de un extraño viaje

· DOS POEMAS... A UNAS ROSAS DE OTOÑO

· Besos mojados con sabor a lluvia

· Versos a la tristeza, que es la novia de mi llanto

· Versos a "una tarde de febrero en las Ramblas"

· DE AZULES SE VISTEN MIS VERSOS: "Aquel besoque no me diste” y “Adiós a un mensaje en un beso”

·Versos... en el calor de una tarde de veranoVersos... a un otoño florido de nostalgias

El perfil de Rusty Andecor

Es Rusty Andecor, ilusionista de sueños y ensoñador de ilusiones, "aprendiz de poeta” e "imaginador de cuentos", aunque su nombre real es Ángel González García.

Dice de su profesión : Maestro “que lo fue”, gestor de “futuros”, que hace ya algún tiempo dejó de serlo, músico retirado (porque dejó el piano, que la “guitarra” le dejó a él); y -como dice- se atreve a hacer de "componedor de versos", que suele dedicar a un “universo” lejano y para cuyo oficio se solía inspirar en un lugar llamado "Café Venecia", con el increíble "telón de fondo" de aquellos personajes surrealistas que lo frecuentaban, pero que desapareció hace ya tiempo.

Siempre le gustó que la gente con la que trabajaba fueran sus amigos. Le gustaba compartir el "universo de sus musas", el silencio de su "boulevard" y la música de fondo que él le ponía. Ahora... ya no es lo mismo; algo desapareció. Siempre le gustó la fascinación de Audrey Hepburn y la magia de“Desayuno con diamantes”. También le gustaba soñar con los "besos mojados de lluvia" y con sabor dulce de "rosa de mazapán". Y solía ofrecer a sus “amigos con alma sensible” sus "reflexiones", de vez en cuando, y sus mensajes anuales de Navidad, además de su álbum de "la música más hermosa del mundo".

Y suele decir: "Me gusta ir los viernes al Copacabana y al Candilejas "de cañas", con la familia y los amigos. Me pirla el "Ribera Duero" o un buen "Rioja". Me encanta preparar cubatas de ron "con un toque de limón" a mis incondicionales. Y no me pierdo, cada año, esa visita al "Jazz Vitoria" con mis amigos, ni a la "Cuesta de San Vicente" la mañana del concierto"

Le apasiona la música de Vivaldi, Teleman y, muy especialmente, Chopin. Me encanta oír a los Dire Straits y Mark Knopfler, Eva Cassidy, Diana Krall, Patricia Kaas; pero, sobre todo, le gusta oír esta música en sus Jbl. Y aún sigue escuchando a The Beatles y a sí mismo en Los Agaros¡qué tiempos aquellos!

Le encanta el buen cine y siempre recurre a ver alguna de "mis películas favoritas", esas de las que os doy detalle, en un espacio más abajo.

Le gusta leer a Gabriel García Márquez y a Pablo Neruda. Pero también le gusta leer a Edgar Alan Poe.

Pero, sobre todo, dice "me gustan los "colores" de ese "mundo maravilloso", que está "ahí fuera", detrás del paño que se pone, a veces, delante de tus ojos y de tu corazón".

Ha escrito algunas obras literarias que no ha llegado a publicar porque no encontró un editor con un presupuesto que se ajustase a sus posibilidades económicas. Sin embargo, sus trabajos están editados en formato pdf y a disposición gratuita de sus familiares y amigos, a los que pueda interesales.

Las obras literarias escritas hasta la fecha son:

Diccionario de un coriano.

"Versos para el atardecer" (Colección de 40 poemas)

"Mis reflexiones y cartas a mis amigos con alma sensible"

"La música más hermosa del mundo"

"La música de mis tiempos"

"El paso del tiempo de un aprendiz de poeta"

"Mis pensamientos y citas literarias"

"La verdad y la mentira de mis reflexiones"

"Reflexiones para mis ajustes del alma"

"El cuento de la Princesa y el Campesino"

"El cuento de la dama del Sena y el viejo poeta"

Índice de los espacios literarios (Cuentos, poemas, reflexiones, cartas y otro tipo de ensayo)

Índice de los espacios literarios (Cuentos, poemas, reflexiones, cartas y otro tipo de ensayo)
"Es la rosa de un destello, la que busco en mi recuerdo; y el aroma de mi cuento que perece en el olvido, y el color de aquella imagen que acabó tan desteñida. Es la rosa de mi sueño y el adiós que se ha perdido" (Rusty Andecor)

Citas literarias sobre "el paso del tiempo" (Un hito que en estos último años... me obsesiona)

No es el tiempo el que pasa, pasamos todos nosotros (Anónimo)

Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos (Héctor Belioz)

Seamos indiferentes a la crueldad de la rapidez en que se mueve el tiempo, vivamos y disfrutemos el presente que nos depara el hoy y no dejemos de poner nuestra parte de ilusión en el mañana (Rusty Andecor)

El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto (Charles Chaplin)

Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida (Woody Allen)

Me gusta pasar los años en tus ojos (Diana Krall)

Lo mejor es ser indiferente al tiempo y a su maquinaria inalterable para marcar los años, sobre todo, esos años que nos quedan por vivir, que son los mejores. (Dijo Rusty Andecor a Manuel Melado en su jubilación)

El placer y la actividad hacen que el tiempo parezca breve (William Shakespeare)

No paséis el tiempo soñando con el pasado y con el porvenir; estad listo para vivir el momento presente (Mahona)

Hay un "buen destino" que mueve las manillas de nuestro reloj del tiempo. Y debemos vigilar el "mal destino" que puede manipular esas manillas en contra de nosotros (Rusty Andecor)

El día es excesivamente largo para quien no lo sabe apreciar y emplear (Johann W. Goethe)

Si el tiempo es lo más caro, la pérdida del tiempo es el mayor de los derroches (Benjamín Franklin)

"El tiempo solo se detiene si su reloj deja de funcionar. Nuestro reloj no es automático; debemos darle "cuerda" cada día, para que no se pare; debemos ajustar su maquinaria de vez en cuando, para que no se "averíe" su movimiento; y debemos limpiar el cristal de su esfera, para que no dejemos de ver el rumbo horario de nuestro destino" (Rusty Andecor)


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A MIS AMIGOS VISITANTES DE ESTE BLOG

Desde el pasado viernes 18 de febrero aparece publicado el contenido íntegro de "EL DICCIONARIO DE UN CORIANO" en el blog que lleva su nombre y cuya url es http://eldiccionariodeuncoriano.blogspot.com/, pudiendo activar su acceso desde esta dirección o desde un enlace previsto en el mismo título del espacio que se encuentra en el blog actual, como muestra -aquí- de algunas de sus voces y expresiones. Es decir, una vez activado su espacio desde su índice o desde el registro de archivos, el contenido íntegro del diccionario se activa haciendo clic en el título del espacio. Además, se podrá acceder al prólogo y a la introducción del mismo, así como un anecdotario de dedicatorias y agradecimientos.

Progresivamente, se irán incorporando las voces y expresiones nuevas recogidas desde la publicación de la última edición inscrita en el Registro General de Propiedad Intelectual en el 18 de noviembre de 1997, en Madrid con la clave 1997/40496 y con número de R.P.I. CC-374.

Ángel González

Rusty antes de ser aprendiz de poeta era aprendiz de pianista

Rusty antes de ser aprendiz de poeta era aprendiz de pianista
Clic en la foto para ver al genial Elton John, al piano, en una de sus canciones más hermosas con una grata compañía

Mi musa de inspiración

Mi musa de inspiración
Pulsar sobre la imagen

Debajo, Rusty con sus amigos del Jazz Vitoria, junto al Celedón.

Debajo, Rusty con sus amigos del Jazz Vitoria, junto al Celedón.
Después de recitar el tradicional poema al Celedón, publicado en este blog. Respondiendo a un visitante, y de izquierda a derecha: Antonio, Juani, Angel (Rusty), Blanca, Bolivia y Rafa. Naturalmente y en el medio: el Celedón

Momento en que Rusty recita el poema al Celedón, en la Plaza de la Virgen Blanca, ante la concurrencia de cientos de vitorianos

Amigos tratando de planificar la jornada del día del Concierto, antes de su "ronda" a la Cuesta de San Vicente (quizá "tramando")

Los 6 amigos del Jazz Vitoria, satisfechos y relajados, al día siguiente del concierto

Homenaje a mis "amigos con alma sensible"

Homenaje a mis "amigos con alma sensible"




Sirva este grupo de amigos para representar a todo el resto de compañeros y amigos de nuestra Dirección Provincial y nuestros queridos Caiss

Último encuentro en Trujillo con mis amigos con alma sensible el 17 mayo 2010

Último encuentro en Trujillo con mis amigos con alma sensible el 17 mayo 2010
De arriba hacia abajo: Manolo Melado, Inés, Manolo Gómez, Belén, Domingo, Ricardo, Mercedes, Miguel, Pedro, José Manuel, Ángel, Manolo Moreno, Carlos, Modesto, Isabel y Carlos Sandoval.

Érase una vez, hace ya mucho tiempo, los cuñados David, Rusty, y Luis, trataban de poner orden...

Érase una vez, hace ya mucho tiempo, los cuñados David, Rusty, y Luis, trataban de poner orden...
Haciendo limpieza de fotos en el blog (porque tenía mucho "peso"), borré y borré; peero esta foto no la pude quitar.

MIS PELÍCULAS FAVORITAS

MIS PELÍCULAS FAVORITAS

Concierto año nuevo

Concierto año nuevo
- Una marcha con tradición -

Me gusta escribir a la ilusión, porque en la ilusión hay esperanza, y hay nobleza y honestidad; y porque, ocultándose en el "el universo de la ilusión y en la magia de los sueños" que puedo recrear con la pluma de la imaginación, me puedo alejar de la "cruda, despiadada y perversa realidad. Pero, sobre todo, me gustan los colores de ese mundo maravilloso que está "ahí fuera", detrás del paño o el vaho que se pone, a veces, delante de nuestros ojos y de nuestro corazón.